miércoles, 20 de abril de 2011

SANT JORDI MUY SOLEADO

No os dejéis engañar por los que anuncian lluvias o mal tiempo para este Sant Jordi...
Este año no sólo brillará un sol en el cielo de Barcelona ¡lo harán siete! :-)

Si el día de Sant Jordi decidís celebrarlo en Barcelona (y no estáis tomando el sol o un aperitivo en la Barceloneta) me encantará que paséis por la librería en la que estaré firmando ejemplares de 13 a 14h. 

Será en:
Llibrería A peu de página
c/ Major de Sarrià, 50
llibreria@apeudepagina.com




   

domingo, 13 de marzo de 2011

El AMOR

“El amor real e incondicional no espera nada del otro, ama lo que la otra persona es en esencia, sin el deseo de conseguirla, poseerla o cambiarla. Y de esa manera, el sufrimiento desaparece, porque ya no importa lo que la otra persona haga, nuestro amor no es voluble ni condicional, y la amaremos por lo que es, no por lo que esperamos de ella.” 
Ésta es la definición que Jon Sunman hace del amor auténtico. Querer cambiar a alguien no es por tanto un acto de amor hacia esa persona sino hacia uno mismo. Pues consideramos que la idea que tenemos de ella es mejor que la persona en sí.
Cuando amamos a alguien por lo que es inmediatamente se convierte en la persona que amamos.
La buena noticia es que amar puede aprenderse con la práctica. Estos días he estado leyendo algo sobre el amor, concretamente sobre “la gramática del amor”. Es un libro precioso. A través de varias novelas clásicas románticas, Rocío Carmona nos da las claves para descubrir el amor y entenderlo en todas sus variantes. blog.lagramaticadelamor.com

jueves, 3 de marzo de 2011

EL EFECTO PURPURINA

Todos conocemos a alguna persona capaz de encantar a quien sea –independientemente de cual sea su edad o sexo– con una simple sonrisa. Son seres que se deslizan por la vida con soltura, que saben lo que quieren y cómo conseguirlo; pero, sobre todo, son maestros en el arte de purpurizar.
En Los siete soles de la felicidad, Lucía habla de las hadas purpurizadoras. En el mundo de Barbie –lo siento, tengo una hija de cuatro años– son las hadas que acuden a las fiestas para hacer que los vestidos de las princesas brillen y deslumbren.
En la vida real son esas personas que brillan y encandilan a su paso. Lo cubren todo de purpurina… Y todos quedamos encantados con sus destellos y su magia.
Hay algo en su forma de expresarse, de mover las manos, de caminar, de sonreír, de mirar… que hipnotiza. Son sensuales, seductoras e inteligentes.
La diferencia entre un sol cotidiano y una hada purpurizadora es que el primero brilla por bondad y el segundo por interés. No me malentendáis, no hay nada malo en mirar por uno mismo, en quererse y en usar bien tus herramientas para conseguirlo. Pero hay que ser consciente de que la purpurina no dura, tarde o temprano cae, se disipa… Y si detrás de esos destellos no hay una buena persona,  el efecto purpurina no habrá servido de mucho.

jueves, 24 de febrero de 2011

SOLES COTIDIANOS

El otro día mi marido me explicó que había ido a comprar algunas cosas al súper y mientras esperaba en la cola estuvo charlando con una señora de unos setenta años. Estuvieron bromeando sobre lo mucho que llovía. Al salir de la tienda la señora le preguntó si iba muy lejos y le ofreció su paraguas.
–¿Tiene usted dos paraguas? –le preguntó él.
–No, pero tú vas más lejos.
– Muchas gracias pero no puedo aceptarlo. Además, ¿cómo iba a devolvérselo? –le preguntó sorprendido por su amabilidad.
–Puedes traerlo aquí mañana… o puedes quedártelo. Sólo es un paraguas.
Mi marido llegó empapado a casa, pero con una sonrisa.
No, no era sólo un paraguas. Era amabilidad, empatía, bondad. 
“Yo soy de las que cree que en el mundo hay más personas buenas que malas”,  me dijo ayer una buena amiga. Y ésa es la frase más inteligente que he escuchado desde hace tiempo. Si es cierto que nuestros pensamientos rigen nuestras emociones y nuestras acciones, lo sabio es pensar bien.  Así no  sólo conseguimos sentirnos mejor dentro de nuestra piel, sino también alegrar la vida a los demás con una actitud positiva.
 Cada uno interpreta la realidad como quiere. Somos libres para amargarnos el día con miedos y recelos… pero también para confiar en los demás, abrirnos y llenarnos de buenos pensamientos. Y, en definitiva, ser felices y hacer felices a los demás.
Los soles cotidianos son esas personas que con su generosidad y amables gestos, –aunque sean pequeños o en forma de paraguas– hacen de este mundo un lugar más agradable. Todos llevamos un sol dentro, pero depende de cada uno hacerlo brillar.

martes, 22 de febrero de 2011

LOS SIETE SOLES DE LA FELICIDAD ya brillan con luz propia

Queridos visitantes de este blog,

Hoy hace una semana que se ha publicado la novela que tengo el privilegio de compartir con vosotros. De momento, aquí tenéis la sinopsis:

Olivia es una joven editora de libros de superación personal. Hasta el momento sólo ha cosechado éxitos muy modestos y su jefe la presiona para que consiga un best seller que consagre el sello. Sólo así llegará su prometido ascenso y podrá desbancar a Malena, la otra editora del grupo con la que compite por el puesto. 
Pero la vida de Olivia da un vuelco cuando logra contratar Los siete soles de la felicidad, un importante libro de autoayuda con millones de ejemplares vendidos en USA. El autor es su admirado Jon Sunman, un apuesto gurú americano que anuncia de improviso su visita a Barcelona.
Mientras Olivia se deja cautivar por el seductor empedernido Sunman, un nuevo jugador irrumpe en el tablero de la pasión. Javier, un atractivo traductor y pianista aficionado de jazz que ha trabajado en la versión final de Los siete soles de la felicidad y que no siente más que desprecio por el supuesto gurú. Decidido a todo por conquistarla, Javier competirá por el amor de una Olivia cada vez más desencantada con la pretendida sabiduría del maestro.
Atrapada en un triángulo de pasiones entre lo divino y lo humano, arropada por el rutilante paisaje de una Barcelona elegante y moderna, la protagonista se sumerge en una gran aventura que la llevará a conocerse a sí misma y, tal vez, a encontrar el amor de su vida.

Que los siete soles iluminen cada día de vuestra vida. ¡Gracias por llegar a mi vida!

Esther